Los secretos de la plaça d’Idrissa Diallo de Barcelona
Más allá de los lugares emblemáticos y turísticos, lo que hace única a una ciudad son sus secretos y sus rincones. La plaça d’Idrissa Diallo -anteriormente llamada de Antonio López- es uno de esos lugares especiales. Y no es solo por el imponente edificio de Correos que la preside. De estilo clasicista aunque con elementos barrocos, fue terminado de construir en 1927. En el centro de la plaza, todavía puede verse el pedestal de la antigua estatua dedicada a Antonio López, que fue destruida en la guerra y replicada por Frederic Marès en 1944, y se retiró en 2018 porque se cree que el homenajeado se enriqueció con el tráfico de esclavos.
Durante un breve tiempo, la peana la ocupó sin permiso la escultura de un artista callejero, que representaba a un niño y un oso de peluche abrazados en un vibrante color rojo. Bajo el cemento de esta singular plaza se encuentra la estación de metro fantasma de Correos, que todavía puede verse desde el metro de la línea 4 en dirección a La Pau, entre las paradas de Jaume I y la Barceloneta.